domingo, 14 de diciembre de 2014

TELEGRAMA: "Feliz Navidad no llegaré abrazos hijo "

Acabo de escuchar
caer un piano arriba mío, en el techo
y a mí se me caen estos
dedos que servían mucho para tocarla
cuando no se caía
y que están aburridos
ahora de tanto que no me quieren decir,
no de borracha
se calló la pobre sobria
quizá pudo ser porque los pianos no se salvan de deprimirse
como nosotros
los que desayunamos pan con depresión
y además nuestro hijo nos da la mala noticia de que
estudiar no es lo suyo
y que el dinero que le dábamos hasta entonces no le
apeteció más que lo que le alcanzábamos
con los brazos difuminados,
además de que nos revela
que la mujer de su vida se muere por otro que no es él
(ese que no es nuestro hijo es más alto que la princesa de nuestro hijo, y este hijo nuestro es apenas el tamaño
de su princesa que si la ves
te sentirías alta en todas las circunstancias),
entonces mira que nos deprimimos incluso con mi hijo que
es más mío que tuyo porque tu no te deprimes con él por el amor de una mujer porque no lo escuchas cuando te lo cuenta
y estas noticias del medio día
no pasan en esas que llegan a señal abierta y que hacen que el amor
sea un boleto de viaje ida y vuelta
y entonces
mi hijo y yo
desayunamos pan con depresión
y a veces también nuestra
mujer corre más rápido alejándose de uno
que llegando hacia nosotros,
y nosotros no podemos correr detrás de ellas
no porque no la queramos
sino porque dudamos que se vean más lindas con nosotros que sola
sola
y solas no las queremos, fíjate,
fíjate también que
nunca supiste que nuestro hijo estudió en un colegio dónde criaban a
un cachorro muy chiquito y que ahora es uno más de los perros vagabundos de Cerro de Pasco y ésto a nuestro hijo también lo deprime.
yo no sé ahora qué es lo que más me deprime como antes que fue que no estuvieses aquí, que las cuchillas de afeitar me consuelen más ese trabajo que nunca encontré,
mi sonrisa ya no es la de antes, mujer
tuve que venderla
para que puedas comer lo que se llama comer
todos los domingos de mierda como hoy
como toda esa vejez de la semana que se repite como
el comercial donde salia una familia feliz comprando su panetón familiar
y a nosotros
nos alcanza para cien panetones pero no para una familia igualita a esa que compra su panetón con esa sonrisa que parece gratis
incluso me alcanza para enviarte una postal musical
pero no para un perro decente para nuestro hijo
que ahora no está en casa
salió con cincuenta soles en el bolsillo que me pidió para un regalo para su princesa, mira pues: me alcanza para mil osos de peluche pero no para una correspondiente princesa para mi hijo...

sábado, 6 de diciembre de 2014

RASPUMMMMM

(leer a 1 km/h)
¡Bip Bip!
para nada porque sea lo que sigue en el libreto
menos lo que sigue en el tarareo
que siempre haces cuando no sabemos de qué hablar
sino porque ya te ardía ahí en la piscina de tu lengua
me preguntaste
cuando corría detrás de ti con la lengua de chalina
¿Por qué me jodes de noche?
y yo me pregunté
¿Por qué me jodo de noche?

Así fue que
de pronto
quise saber cómo se hace una trampa correc/tamente correc/aminos
a qué sabe
un sándwich de queso de luna
y carne humana
(me quedé pensando nadando en el vino
que en la refrigeradora te puedes morir de frío)
y
la excursión de tus uñas
cortadas limadas
encontráronme
de mondadientes mirándote
mirándolas
las manos con los ojos gato suplicantes
a tanto "cariño" -entre comillas porque sí-
a tanto camino vestido hoy de jean
mañana con un calzón amarillo
mañana pariendo
pasado de ahogado muriendo
entre tanta saliva chorreada disimuladamente
de cualquier ojo dormido
de cualquier ojo menos el mío
¡Bip Bip!
nada de miradas, señorita -y ya me cansé de decirlo sin tranquilidad-
te dije resolviendo el crucigrama de tu sostén
después
me diste una guía turística de otras mujeres
respondí que en
mi maleta nada tengo para ti
sino unos boletos dobles al sofá sin escala
y
unos
poemas
marca ACME
para
variar
en
tu desierto.......................................................................................................
mañana voy y justo vienes hoy
y me voy y me sigues
y por fin por mí te mueres
por mí
por mí
muérete ya - yo toso por ti
y me muero aguantando la respiración:
uno dos tres cuatro cinco seis siete ocho ya no puedo, perdona
entonces yo envidioso de mis atardeceres
de
que ahora, implacablemente, serán más tuyos que míos
por la única razón de que
por soñarte
haces un pool dance en mi doble hélice
despertándome en mi cama que costa de colchón y piso
y un charquito chiquitito de pesadilla
y un enchufe con los labios rojos
y un ronquidote cada vez que me siento solo...
...
...
y yo digo "no, no mueras por mí"
¿después quien se muere por ti?...

sábado, 8 de noviembre de 2014

VIAJE


(Esto es una camisa planchada con la frente congelada. Esto es un hombre de 17 años y con un corazón, créanlo. Esta es su voz articulada por borrosas teclas o por el sonido que hacen éstas. Esta es su boca casta, estúpida, inservible por no tener kilometraje. Estos unos dedos roídos por una boca que en realidad no es la anterior. Estos unos pies correctamente al revés.)

VIAJE

Bien, hoy, según la lista, toca secuestrar a Papa Noel; discretamente revisar qué pediste esta vez, ver si fuiste niña buena o confirmar mis sospechas. Irme al Polo Norte con una Coca Cola en la mochila. Hacer unas paradas donde recuerde el hambre o ésta se acuerde de mí. En el camino leer “El acoso” del abusivo de Carpentier y marearme en el intento. Que se me duerma una pierna, que me duerma yo, que se duerma la Misionera de mi costado y lograr mi misión. Prometer que será la última vez que me muerdo las uñas y justificar esta última practica como una necesaria manicure amateur. Mirar cómo la Misionera reza y dice “amén”, decirle que en realidad es “amen”, sin tilde, verbo. Ver como la Misionera se despide de mí… Amistar a los audífonos. Escuchar al azar algo y que la aguja caiga en “Bubulina” de La máquina de hacer pájaros. Recordar a la mascota de mi amiga Indira que tiene el mismo nombre que esta canción, de pronto acariciar a Bubulina, de pronto darme con que es una pierna lo que acaricio y no un pelaje; ver que ahora tengo a una señora muy discreta como compañera de viaje; que me diga que se llama Catalina, que yo le diga “cerca”; que me diga “¿qué?” decirle “nada”.
Imaginarme un accidente, un despistamiento,  un ronquido del chofer y de pronto bummmmm: no saber dónde cogerme, golpearme la frente con el asiento vacío de adelante, mirar a la vieja dormida de mi costado y cogerme de ella, cerrar los ojos, abrirlos y verla muerta, escuchar algo sobre un sobreviviente, creer por un momento que soy yo, ver que no…
Pararme a revisar que el chofer esté despierto, convidarle un caramelo ácido, asegurarme. Preguntarle “¿Falta poco?”, que me diga sin sacar los ojos de la carretera “¿Tienes frío?”, comprender. Volver al asiento, pedir permiso a la vieja, primero despertarla, sentarme, mirarla y preguntarle “¿Cómo me dijo que se llama usted?” que me responda “Catalina”, decirle “cerca”, que me grite “¿qué?, cambiar de tema “¿Dónde baja?”, “Aquí, adiós”. Sentir frío al costado, pensar que o ya llegamos o la vieja aún estaba caliente. Llegar. Bajar. Abrigarse, descubrir que no tengo sino una mochila con una Coca Cola. Caminar, resbalar, mojarse el pantalón, ver la dirección, abrazarme, caminar otra vez…

Llegar, llamar a la puerta, esperar, golpear la puerta. Que salga un barbudo, decirle “Esto es un asalto” apuntándole con el dedo índice ahora supuesto cañón de pistola imaginario. Que el viejo me tema, que retroceda, apuntarle a la frente, decirle “Ha sido usted un niño muy malo”, disparar. Buscar su lista, encontrarla, verme tachado, verte niña buena, ver éste “quiero un hombre de verdad” tan resignado, limpiar mis lentes, sentir frío, sentirme niño tachado o malo, tomarme la Coca Cola, mirar, entristecer, apuntarme con el dedo índice en la sien, disparar… FIN

martes, 4 de noviembre de 2014

"EXPLOSIÓN VERBAL"

Este viernes siete de noviembre, en el local de postgrado de la UNDAC, un festival de artes.
Vengan y hagamos del evento una buen costumbre.



Aquí le dejo el programa:

- Palabras de apertura de los organizadores.
- Intermedio Musical:
o Andrea Porras.
o Carlos Murillo.
- Mesa Poética 1: 
o Saúl Cotrina.
o Ana Luis Ledesma.
o Percy Huamán Calzada.
o David Chávez. 
- Intermedio musical:
o Andrea Porras.
- Artes escénicas:
o MIMO: Luis Orna.
- Mesa poética 2:
o José Alejos.
o Nicollás Álvarez.
- Intermedio Musical:
o Carlos Prado.
- Mesa poética 3:
o Albert Estrella.
o Giancarlos Morales.
- Conferencia magistral:
o Panorámica de la poesía pasqueña: Hugo Apésteguí.
o Ricardo Villar.
- Artes Escénicas
o Miguel Inche.
- Mesa poética 4:
o Jaime Espinoza.
o Jozé Alejos
o Isaías Hurtado.
- Intermedio musical:
o Andrea Porras.
- Mesa de narrativa:
o Danilo Illanes
- Tribuna libre.
- Presentación musical:
o Cristian Tolentino.
Además de las exposiciones de pintura a cago de Elvis Marchand, exposiciones fotográficas y más.
Nota: éste no es el programa oficial, pueden modificarse las presentaciones.



¡NO FALTEN!

domingo, 19 de octubre de 2014

(SE NECESITA MUJER CON QUIEN IRSE A LA MIERDA. Razón: aquí)

Yo no quiero que cansada me mires como a un sofá con un "prohibido sentarse",
peor
como a un estante "prohibido apoyarse".
Yo quisiera que nos
miremos detrás del cristal y que me compres antes de abierta la tienda,
de que no te importe que
esté al cincuenta por ciento de descuento aunque mienta,

que se te olvide que estoy en la parte más alta del acomodado
o de que esté con la fecha de vencimiento en navidad.

Yo quiero, pequeña,
estar exiliado en el bolsillo trasero de tu jean
y, si me animo,
flotando en tu capucha.

Pero
-y no me recuerdes la oscuridad nuestra cuando te digo esto-
dijiste que en el sofá no cabemos los dos y el gato,
menos tú sola de largo sin los tacos que no te compré.

te llamé a las 3am y me respondió tu ronquido,
son las 5am y si te sigo escuchando me duermo en clase.
- ¿El desayuno?
- Más tarde, la cafeína está despierta aún.

si supieras, X. si supieras que odio tu nariz
pero me perfumo cada vez más;

-¿La ayudo en algo?
-Sí, ése por favor.
-Bien...
-Perdone... me lo llevo puesto.




jueves, 2 de octubre de 2014

Carta 0

Querida Aspirina:
Hace media caminata diaria y 3 horas que tenían agachando mi cabeza toneladas de palabras para ti, pero con esto de que la tierra donde sobrevivimos no es de las que motiva recordar mucho, entonces, como el bocinazo de un auto apurado, mis cavilaciones se esfumaron, disculpa. Ahora planeo recordar las calles y recordar las cosas que quería decirte cuando caminaba por ellas. Recuerdo, por ejemplo, que tenía planeado decirte que de pronto te recuerdo sin motivo alguno: no creo, queridísima y tan especial Aspirina, que las calles llenas de gente me recuerden a ti, o, por lo menos, no lo acepto. Bueno, entonces, dicho eso, tengo que decirte también que las pistas están como hechas de tus pasos, no pretendo ser poético, pero palabra que así parece.
Al ritmo de esa danza monótona que practican los carros sin ganas de causarnos aplausos, a ese ritmo andaban las cosas cuando caminaba, hasta que de pronto se me antoja treparme a los postes y, sin catalejo a la mano, buscarte con la desesperación tranquila con que se busca una palabra en el diccionario. No estás, muchacha, y yo no soporto estar aquí en plan de chimpancé enamorado. No estás, linda, y no sirve cubrirme del sol. Desapareciste.

Iba volviendo a doblar las esquinas dobladas con un recuerdo que pesaba tanto como un remordimiento en semana santa. Este recuerdo era explícitamente de mí a la salida del colegio esperando a mi ex ex ex ex enamorada (que en ese tiempo aún no era mi ex ex ex ex enamorada, sino que era la enamorada que tenía que llevar de la mano en aquel entonces), en esas ansias andaba cuando –ojo libretistas de telelloronas- apareció mi ex ex ex ex con el uniforme más limpio y que mejor le ceñia, todo bien hasta ahí de no ser porque tenía de la mano a un mastodonte de unos cuantos centímetros más grande que yo; horror, se me arruga el corazón, play a la balada decepcionante, se reparten pañuelos a las viejas lacrimosas que reprochar el acto de la muchachita que hoy hizo mal en dejar al muchacho humilde. Esto pudo haber acabado ahí, pero no: el salvaje la subió a una bicicleta y se la llevo; no se me borra aún esa sonrisa de señorita satisfecha equilibrándose en esas dos ruedas con el repentino amante éste. De tanto recordar y repasar ésta escena, se me ocurrió que tenía que comprar una bicicleta, de preferencia igual a la de ese grandazo para así quitarme el mal sabor de esa mala experiencia sin olvidar ningún detalle.

Cosas de esa naturaleza se iban presentado delante de mí, cosas como que a veces escribo poemas de amor cuando estoy solo como nunca, cosas como que necesito una mujer que me emparche un poco, cosas como que tengo más dedos que enamoradas tuve.

Te confieso, Aspirina, y esto te lo digo con un disco de Pink Martini de fondo, que hace más o menos una semana que hay un alma con cuerpo –más alma que cuerpo- que ronda por la universidad, si te imaginas sin mucho esfuerzo a un ángel que camina sin rumbo, entonces habrás imaginado a la muchacha de la que te hablo. A esta mágica señorita, de caminar mágico también, la llamaré “X”, no porque sea de nombre indeterminado, sino porque sé que la inicial de su nombre es ésta después de varias investigaciones.  Hay algo misterioso en su caminar, y algo sin duda importante en la costumbre que tiene de cruzarse conmigo en cada caminata que doy de aburrido. De verla más tiempo que a cualquiera, le terminé por escribir un poema (que pronto te llegará sin estampilla, claro está). Entre esos tan constantes sutiles encuentros, hubo en que la vi con un muchacho. Tengo que decirte, Aspirina, que la señorita que a veces parece caminar conmigo no se sentía muy cómoda que digamos, quise, como muchas veces en estos casos en que muchachas lindas hablan con salvajes que no las entiende, ir y llevarla de la mano diciéndole: “Háblame a mí que yo te escucho todo lo que quieras”. Está de más decir que nunca hice tal hazaña, y también está de más decir que por cobarde. Te prometo, Aspirina, que mañana voy y la cojo de la mano y nos vamos caminando juntos, y, si ella se anima, nos vamos sobre una bicicleta bonita.


P.D: Aspirina, hoy te esperé todo lo que es permisible esperar cuando un café se enfría a la velocidad de reloj cucú malogrado, mañana en el mismo lugar y en el mismo café.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Fruna

Cómo mirarte sin que parezca pool dance
justo cuando me llega el recibo de oscuridad,
sin decirte con los dientes que me caigo de mirarte.
Toses, te encoges y de pronto: una nube
entonces sonriente encajo mi brazo de tetera con la lluvia (dícese de agua con sabor a pescado lacrimógeno romántico que cae en cuotas cuando las losas se calientan demasiado).
Cómo mirar una hoja - espalda blanca
que brilla por su anonimato,
sin mirarte remando y silbando un hallelujah.
Hace un día de parpadeos que te encuentro a ti cerrándome las puertas
cuando busco las llaves,
busco el control remoto
y te encuentro agachada
detrás del sofá diciéndome: vámonos, hoy llueve, hoy nadamos pescados en un yellow submarine y si no quieres busca debajo donde la última fruna.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Parpadeo inicial - página 0 - esquizoradio

Algo cose mi cabeza desde dentro,
pinchándose los dedos y fallando en dolor sus costuras. 
Cose con los ojos chinos, 
entrecerrados, 
atentos a la virgen piel que se hace uno conmigo,
duele, nótalo,
revisa cada cavilación que se une al azúcar del café,
escapa por los pies mojados. 
Abriga mis libros sin paraguas (ellas),
me mira desde los zapatos que quieren caminar y me dice verde con una mujer verde;
ahora me dice marrón como tus lentes y rojo como tus zapatillas,
ahora me dice perdón y nada más.

martes, 16 de septiembre de 2014

Nota 1


Yo no creo tener el cabello tan grande como para ser blanco peludo de represiones estéticas, de córtate el cabello por favor que pareces Chubaka. No creo tener el cabello suficientemente largo como para que me urja una trasquilada violenta. Pero no, no para los que juzgan de desabrida esta cabellera de, calculo, 8 centímetros. Yo no sé nada de peinados ni soy de los que, esperando el turno en la peluquería, mientras un par de cabezas ajenas se despejan, revisa revistas de esas que tienen centenares de peinados para todo gusto, tipo de cabello y ocasión. Me dedico al perverso ejercicio de observar los rostros de las tristes víctimas que soportan cada tijeretazo, cada afeitada sin piedad con la resignación con la que se reciben unas oleadas que no se adivinan de dónde salen. Mi rudimento estético se reduce a saber de memoria los pasos para tener un peinado elegante: coger el peine correctamente (no demasiado elegantemente como en los comerciales que hace de un cabello ordinario un enredado de alambre de púas), arrastrarlo junto con el cabello hacia atrás, mirar atentamente el espejo donde (con suerte) cada vez nos veremos más agraciados, separar el cabello con un surco al lado derecho de la cabeza, mirarse como modelo de revista y decidir si este arreglo es preciso para hoy o para nunca. No son pocas las veces que estos psicópatas peluqueros, estos confundidos jardineros con un pulso deplorable me dejaron el cabello como cadete de primer año, como para asesinarlos. Debía, pues, tolerar el tiempo que toma barbechar el cabello refugiado en casa, exiliado de la sociedad. Hasta que con mucha paciencia: Habemus Cabellera. Recuerdo que un amigo mío, Lud, que llegó a Pasco desde Tacna en circunstancias desconocidas, me contó una vez porque él tenía el cabello muy largo largo largo. Me dijo que cuando los españoles llegaron, en circunstancias muy conocidas, a Perú, vieron a los incas y exclamaron solemnemente “¡Coño! ¡Cuánto pelucón!” y decidieron rapar a todo el poblado para así reconocer sus estratos y quitarles todo el oro suculento que allí se acumulaba; yo nunca me creí eso, yo sospecho que si los españoles raparon a todos los incas fue por pura envidia de tanto cabello tan bien cuidado. Por lo tanto, aunque este testimonio no figura en ninguna crónica, desde aquel día en que llovió tanta melena, es un signo de esclavitud llevar el cabello corto. Lud no quería condescender con nadie, así que no paro hasta tener el cabello hasta las rodillas. Recuerdo esto mientras me acomodo el cabello que no me deja ver, mientras me imagino sentado en una especie de silla eléctrica, que resulta ser, nada más ni nada menos, que la silla de la peluquería, allí, relajada y lampiña.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Nota 0

Creo que la sensación de tener heridas súper sensibles en lugar de ojos, es por causa de la gripe contraída dios-sabe-dónde. Este síntoma se agrava cuando leo. Mi prima tienes 3 años y dice “Bob” con cara de bomba cuando le pregunto por el nombre del cuadrilátero amarillo dibujado en un libro (que saqué de la biblioteca para que no se quede mirándome estupefacta cuando leo a su lado). Ahora mi prima me pregunta por otro personaje que no es más que otra vez Bob Esponja levantando el dedo triunfalmente. Le digo: “También es Bob…”. Ella se queda con cara de nomejodas, ¿sí?. Le explico todo el fenómeno éste de aparecer en diversos lados gracias a la magia de los libros y a la ilustración, se lo explico con ternura y consentimiento, mas ella aún no borra su gesto desconfiante. Aplico toda mi paráfrasis infantil para explicarle que sí, que Bob puede estar donde a él se le antoje. Llevo 10 minutos desplegando mis palabras más simples e inocentes, casi sacadas de alguna canción monoacorde de miss Rosy, para que Yasmith entienda que los libros pueden tener, si quieren, docenas de veces a sus personajes dibujados por página; que es un poder inefable y por eso delicioso… Me mira, asiente con la cabeza con más aburrimiento que con comprensión. Se despide de mí dejando el libro sobre el sofá. Me emociona que ahora sepa que la literatura es magia que se entiende con el sólo soñar… Mis dedos están congelados, estoy con los ojos entreabiertos, rojos, delante de ellos mis lentes marrones que oscurecen un poco todo para que, así, no tenga que cerrar los ojos como Randall en Monster, Inc. De pronto, como si hubiera pisado distraído algún clavo vertical, algo se agolpa a mi entendimiento… ¡Coño! ¡Qué increíble que un personaje sea omnipresente porque sí! Veo como a 4 Bobs en la página y lo envidio: este hepático prisma ridículo y medio homosexual es mucho más poderoso que yo. Entonces odio a Bob y volteo el libro abierto, poniéndolo cara abajo para dejar de ver a Bob, pero no, maldición: Bob aparece sonriente en la portada y, en el colmo de la omnipresencia, aparece 2 veces en la contraportada. Fin.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Miau

Che, he notado cuando
me miraba las zapatillas que
no sos tú en tus mejores días,
soy yo en mis peores días,
en éstos que a los sueños son nocivos,
éstos que anudan los zapatos,
es preciso entonces dormir tarde
para escuchar
los consejos de los gatos de disímil vida, other life, please.
Me dicen cosas como que no saben de dragones,
cosas como que la noche no está estrellada
y cosas como que son más miopes que yo,
cierro la ventana
me enfrío,
me visto de gato esperando así
entenderte un poco más: ronronea, ¿ya?
le pongo una gorra a la escoba y me río.
...
la soga con los crespos hechos cuelga de dios sabe dónde
"me desmayo, David, hasta mañana"
la noche cruza sus dedos de miedo
la noche ya no existe y es porque hoy duermo
con la luna que fuma ahora
...
te abro la boca y me voy,
no
puedo
besar
a
una
mujer
que
no
se
reconoce.


viernes, 29 de agosto de 2014

7

ahora la mujer se dispone a terminar su grito,
planea, mira a los costados,
examina si no hay aún otra que
grita con los ojos encarcelados
se aburre
sigue la boca abierta
los ojos inquietos
la anatomía fuera
la gente está cosechada en círculo alrededor de ella,
se ríen, se aburren
hay ahí también los que babean de tanto grito
(la mujer calla y rápidamente toma el aire suficiente para seguir gritando)
AAAAAAAAAAAAAAAAAAA
garganta de latas sin conservantes
mugre que se cuela en la poesía
de repente alguien grita del público
un grito sincero, flama que escapa del bonzo
humo oxigenado, imperceptible
tanto grito, tanto bonzo vomitivo, tanta gente libertad, tanto del día, tanto del mañana mellizo, tanto y silencio.

sábado, 23 de agosto de 2014

6

A estas alturas de mi vida sólo quiero mirar por la ventana con el abrigo como colgado en mí. Quiero que por fin existan esas ganas de buscar una miss tristeza y darle el puntaje que se le pondría a la luna. Sólo se me antoja que esta noche explote y junto con ella el ukelele que suena a playa y junto yo con mis lentes más gruesos que antes. Porque simplemente mis pasos parpadean cual pez que peregrina, porque soy ser que dobla sus dedos y así sus venas, porque ya me jode que las chicas me miren como se mira a un cactus con lentes marrones. Los favores se me acabaron, ya no me los regalan, ni yo. Ahora es cuando las telenovelas parecen panfletos de amor y mi historia un panfleto de existencia resuelta en un cuadro sin pintar, en una canción con sed.  Debo de estar muy mal si en lugar de atar esta cuerda la dibujo niña e inocente y finalmente contar mi vida allá como si de una discusión se tratara.


jueves, 21 de agosto de 2014

5

Los edificios, esos grandes de Lima o de
donde vengan esos gigantes con ventanas,
no son sino
cadáveres
rezados
hacia arriba,
los que lanzan
sus ojos desde esos
umbrales no tienen
pizca del amén
y tienen en reemplazo
un café que se enfría
a
la
velocidad
de
una
letra
deletreada
en
un
poema.

martes, 19 de agosto de 2014

4

Si es verdad que no todos se dejan amar
entonces las fresas son dulces sólo cuando están en el sofá
señalándote,
si es verdad que pocos aman
entonces este mundo se muere de aburrido.
Aquí me tienes y no me tienes
con las uñas llorando
y con el tacto durmiendo,
aquí te tengo y no te tengo
y me tienes sin tenerte
y al final de esta teoría nuestra,
sólo quedan los discos rayados
más los libros abrigándose entre ellos
más los diccionarios sin tu nombre
más las canciones autistas
más el colchón al revés
más dios que borracho te llora
más la luna espectadora
más los lapiceros como flechas
más los pájaros que nadan
más nada
más yo
más, más, menos tú...

lunes, 18 de agosto de 2014

3

Te suplantó un globo rojo con labios B/N
en mi cabeza pegada al índice
en mi libro de 300 hojas, 1200 errores ortográficos y media
mosca suicida entre la 23 y 24,
justo donde no estabas hasta que
te suicidaste
sospecho que te gusta beber tinta errónea
y te gusta chuparte los dedos después de escuchar a Neil Young y decirme
oye David, yo sé por qué la gente se muere.
Te escucho y escucho a Benedetti diciéndome que tú eres prácticamente yo
y que las montañas están solas porque cenan almas y beben aguardiente y no les gusta convidar.
Te sigo escuchando desde dentro, desde el cordón umbilical que ahorcaba
y siento como las olas son lenguas partidas por las notas embotelladas lloriqueantes.
El semáforo se cansa por las caras tristes y los relojes que nos miran.
Ahora sólo queda 20 segundos de canción y se acaba
19, 18, 17, 16 la gente se muere porque quiere hacerlo, yo quiero seguir viviendo, David,
pero es como seguir comiendo helado resfriada.
Salud.

viernes, 1 de agosto de 2014

2

suspiro de caramelo que sale de la laringe sabor chocolate
sin amor sería como colorante de nube limeña o de infinito bostezo pasqueño
da igual
aquí
o en sus ríos vertientes de ser quemado por el frío
frío que no sufre y camina por donde sabe se verán bonitos sus pasos
un par de piernas bajo 30 grados bajo cero
suicida hombre que se muerde los dedos lentamente cuando su amor no asoma por la página que lee en la banquita en el frío en la mirada de la mujer de su vida que lo mira desde un taxi rojo que estallará con otra mujer cuando el frío obligue a cerrar el libro y olvidar en que página se esconden las mujeres que estallan.
Yo hago un corazón cruzando mis dedos.
Soy muerte por ser último hijo de mi madre, negándole así para siempre tener más ángeles, secándole las entrañas que seguramente resucitan seres más confiables que yo
seres que miran los semáforos y corren a atrapar los kilómetros que cuestan trabajo trabajárselas
seres que calientan a sus mujeres con chocolate y besito en la frente
seres que tienen solo 2 dedos con que señalar la muerte y con que señalar el placer de no conocerla aún.
seres sonrientes que esperan las olas-besos del mar
y ella que espera algún esqueleto que tenga dedos en el corazón y costillas en el rostro.
el riff del no-ser justo antes de que se trague la lengua y se diga yo la amo, tío, yo esperaba que ella me abrace pero vino y me regalo un sueño que no se le parece a no ser en el modo de cantarme canciones de cuna.

domingo, 27 de julio de 2014

1

Tengo 7 sparkies desordenados al lado derecho de la cama y un sparkie en la boca destiñéndose. Estoy estirado a lo ancho de la cama de mi hermano con la laptop en la panza; frente a mí, en el escritorio del cuarto, está mi hermano y frente a él su enamorada, Helen. Ahora a mi derecha quedan una pareja de sparkies rojos alejados. Estoy con los audífonos y creo que es la séptima vez que suena "Sinitaivas", éste es un temita que me pone como debe de ponerse papá cuando escucha "El Triste" de José José; además que "Sinitaivas" es la canción que pone el camionero al final de "Los Amantes del Circulo Polar", justo antes de que Otto, que iba de copiloto, vea como Anna es arrollada por un autobús y como se desliza hermoso sobre la pista.

Estoy en este cuarto ajeno porque sospecho de estos tortolitos. Planean embocarse toneladas de teoría para ingenieros toda la noche: mentira. Así que soy yo el que les pincha el globito rojo de la privacidad. Me deben de estar odiando pero no lo dicen. Quizá no me patean hacia fuera porque soy el menor ahí, eso me hace menos agredible. Yo no me trago el cuento de que una pareja de jóvenes estudie toda la noche sin que se apachurren, pues. Sería como dejar a Romeo y Julieta en un cuarto solos y cerrar la puerta confiando ciegamente en que jugaran naipes tranquilamente toda la noche. Así que, conjeturando toda la situación, me subo maliciosamente al bote que ellos pretendían conducir toda la noche y los hundo desilusionándolos. Les estoy enderezando la noche a estos amantes amansados. Les doy a cada uno un sparkie rojo y me miran con cara de insuficiencia. "Buenas noches, niños, feliz 28".

sábado, 26 de julio de 2014

Copie de sauvegarde (copia de seguridad)



Si fuera posible, a mí me encantaría tener un amigo que sea íntegramente como yo, un clon perfecto mío que me acompañe a mirar como las mujeres de la plaza esperan a los varones de su casa. Que se burle de los problemas cuando la soga alrededor del cuello parezca la única imagen bonita posible de reproducir en los años que se vive, como hago yo cuando veo a algún amigo suicida mío.

Ribeyro en su cuento "Doblaje", al final del primer párrafo me revela con una cita porque es que no encuentro a mi copia y porque él no me encuentra (si me buscara). Si es igual a mí, entonces también tiene esas ganas inexplicables de encontrarme.

 “Todos tenemos un doble que vive en las antípodas. Pero encontrarlo es muy difícil porque los dobles tienden siempre a efectuar el movimiento contrario”

Eso quiere decir que si yo voy a estribor, él va a babor. Toda esta teoría quiere decir que encontrar a mi doble sería como buscar a Moby Dick entre las nubes.

Escribo ésto porque hace un momento encontré la hoja de un anuncio de trabajo, a mí todavía esa etapa de tener jefe no me llega, así que decido aprovechar esa hojita para hacer un avioncito de papel. Desgracia. Lo había olvidado. Me frustro porque es como si, sin siquiera darme cuenta, hubiera perdido mis años de cuando me divertía con avioncitos de papel. De ninguna manera dejaría que alguien me volviese a enseñar a hacer avioncitos de papel, así que hurgo entre todo el repertorio de juegos de mano, todo mi Origami y toda pastrulada manual posible. No dejo de estancarme en el paso dos de la manufacturación de un avión de papel a escala. No estoy viejo. Es que quizá esté reemplazando cosas importantes por otras que no lo son, quizá esté olvidando lo importante que es saber hacerse aviones de papel. Me rindo. Necesito a alguien que me enseñe de nuevo, pero sé que es ridículo decirle a alguien: “Hazme un avioncito de papel” con cara de Topo Gigio y enseñando inocentemente un papel que, por más doblado que esté, no parece un avioncito. 

Así que si alguien me debe de enseñar eso, tengo que ser yo. ¡Pero cómo!. No encuentro a mi doble porque él está buscándome en avión cuando yo estoy navegando con Moby Dick.

Confió enteramente en que él aún recuerda como se hace un avioncito de papel, por eso de que “los dobles tienden siempre en efectuar el movimiento contrario” y yo estoy moviéndome mal.

martes, 22 de julio de 2014

¡¡Está vivo!!


En secundaria siempre aluciné que el profesor de Historia era íntimamente así, que éste era su personaje 
de noche en Las Palmeras, bar donde yo tenía entendido que iba. Algo así como un Atoj.
Lo seguro es que, después de dibujar ésto, me enteré de que él era mucho peor:  había creado un monstruo. 

Encias sangrantes Murphy

Chass, me duele la boca, una encía desgarrada, creo. Todo normalmente aburrido hoy en clases, todos aportan con el sobaco comentarios referentes a métodos de estudio. Estoy paranoico con eso de que la gente juzga a diestra y siniestra mi pantalón desteñido con un relativamente notorio desgarro a la altura del pie derecho. Igualmente criticable, mi chompa azul que sinceramente la uso porque mamá me lo obsequió con el amor de 1000 Marías en navidad, aunque me encaja sólo hasta un poco más arriba de la cintura, este defecto me exige que constantemente estire la chompa hasta la cintura; también debo de recalcar que actualmente ando con una panza envidiable, esto no hace más que empeorar la situación ésta del tira y afloja. Levanto la cabeza para asegurarme si el profesor sigue ahí, o para enterarme de que ya no está. Veo el mohicano mal hecho de Álvaro, me mira y le muestro el dedo medio, me sonríe, yo llevo el obsceno dedo directamente hacia el profesor, Álvaro sonríe más. Se sonríe más cuando el dedo medio no es para uno, incluso si es para dos. Este salón es como un cuarto de campamento, el cuarto de campamento más amplio, frío y sucio. Ever estornuda y media docena de voces exclama ordenadamente “¡Salud!” Ever responde la cordialidad con un “Gracias” general, no piensa  recalcar su retribución.


“Fuma hierba del porro”, una pared sucia se ve mejor (es más apreciable) cuando uno se entera por esta frase que un pastrulo sin remedio hizo una propuesta al ocasional ser que decide sentarse exactamente en la última banca de la esquina al fondo de la clase.
Si doy este examen que se acerca como di ese que pasó mal, entonces tendré que compartir este salón de campamento con nuevos cachimbos el año que viene, no me puedo rebajar a esto, tengo que superar este examen desgraciado, amén.


Me sigue doliendo la encía. Todo empezó cuando jugueteaba ingenuamente en la boca, justamente en esta encía sangrante, con un lapicero roído por un extremo, de pronto de un movimiento brusco e inconsciente  me rasgo esta parte de la boca. “Mierda”, bajo la cabeza refugiándome en mis brazos para que mi sufrimiento sea solo mío, estaba, pues, en medio de una manada de microcéfalos alumnos que critican mi facha de obeso desteñido con ropa inapropiada y encías sangrantes.

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No es momento de hablar de cursilerías ni de rascarse el corazón con un dedal, no ahora que esta canción este track anónimo nos lleva de la mano lentamente al diablo, quizá después cuando el cariño parezca algo mas viable que cuando mi espalda se congelaba en el cuarto piso de la facultad.
Ahora no, nena, ahora no me cojas los 5 dedos, ahora ya no vale, te necesitaba hace unos 5 minutos cuando se me partía la espalda por esperar una epifanía con lentes desconfiables.
Hasta mañana y por favor mañana no esperes mis 5 minutos, cógeme el corazón sin asco.